¿Se imaginan vivir sin miedo? Cómo sería mi mundo sin miedo. ¿A que tienes miedo? Preguntando a varios amigos acerca de los miedos me encontré con respuestas tan variadas que algunas ni siquiera se me habían ocurrido. Creemos que son muchos, pero en el fondo podemos ver que es un solo miedo. Tenemos miedo al fracaso, al éxito; lo que podría ser curioso ya que este no siempre se puede mantener, miedo a la muerte a la soledad, a la aprobación y esto es porque hoy lo puedo tener pero no siempre; miedo a la apariencia, a mis zonas oscuras, aquello que oculto y que no deseo que los demás conozcan, miedo al dolor, miedo al peligro y este no hace referencia a aquello que considere que pone en peligro mi seguridad física por ejemplo, cruzar una calle con bastante tráfico, al fuego; miedo a dar un paso en falso, miedo a que otros tomen decisiones por mí que puede estar asociado al envejecimiento, miedo a la enfermedad, a la autoridad bien sea de un jefe o familiar autoritario, un compañero de trabajo; miedo al castigo, miedo a la derrota, miedo a lo incierto o al futuro, al fracaso, a la falta de amigos, a quedarse sin empleo, miedo escénico, etc.
Si identifico el miedo a la aprobación o al rechazo, puedo ejercitarme, por ejemplo: si viene alguien que no conozco y me muestra cierto desagrado hacia algo que he hecho, no le daré mucha importancia, puedo pensar que no está en su día; pero si es alguien muy cercano puedo darme cuenta de que, por miedo a perder su aprobación, me encuentro haciendo cosas o teniendo respuestas que no siento realmente y es buen momento para preguntarme qué quiero yo, cómo quiero vivir.
Hay personas que no viven, sobreviven, hay unas personas que esperan que se den unas condiciones óptimas para sentirse bien. Cada uno tiene una definición de lo que es vivir: pasándola, para algunos puede ser y está bien, pero hay otros que no desean solo sobrevivir, sino el sentir plenitud, brillar, no tener miedo de expresarse. Cada uno de nosotros tiene un potencial enorme en su interior y cada cual decide si quiere vivir de espaldas a ese potencial o vivir conectado con ese potencial y dejarlo salir, no tener miedo de expresarse y esto no quiere decir que tenga que agradar a todo el mundo, si estás contento como eres y te expresas ante la vida, te estás respetando y respetando el espacio de los demás y procuras que haya relaciones sanas.
Hay ciertas formas de relacionarme con los demás donde me puedo beneficiar o, perjudicar a los demás. Puedo preguntarme en mi forma de vivir qué es lo que estoy transmitiendo, si mis pensamientos o palabras se pudieran traducir en colores, de qué color me estaría rodeando, o de otra forma, si mis pensamientos o mi forma de hacer se pudiera traducir en olores, ¿Qué tipo de olores tendría? y no se trata de juzgar a los demás, pero sí de ser responsables de nosotros mismos, si en mi forma de ser me expreso rompiendo la armonía de mi entorno y con quienes me encuentro, tengo que revisar.
En nuestra forma de vivir y de expresarnos somos dignos y merecemos dignidad y cuando vemos situaciones de indignidad nos produce malestar, porque no encaja con nuestros valores intrínsecos, porque lo que sucede fuera no encaja con cómo me gustaría sentirme y vivir.
Y cuando nos vamos fortaleciendo internamente, para lo cual la práctica de la meditación es la herramienta clave para aumentar nuestro nivel de equilibrio y solidez, de sentir un eje interno sobre el cual te mueves; y cuando eso es importante para ti, te relacionas en base a lo que eres, pero en plena conciencia. Cuando me relaciono con lo que pasa fuera alejándome de lo que pasa dentro, me siento mal, se produce una ruptura, algo no encaja.
Imagina si me mantuviera conectada a mis principios y valores, a lo que siento como ser espiritual, reconociendo todo mi valor interno, a lo más intrínseco, a partir de ahí podré relacionarme con otro y desde esa fortaleza interna no temo a la autoridad.
Tenemos diferentes roles y papeles, pero tengo miedo a la autoridad cuando me veo como una hormiguita, pero si estoy en mi dignidad reconoceré a la otra persona desde su dignidad y no me sentiré mal. La cuestión es cuando me siento más que o menos que otros, eso es algo que tenemos que revisar, no solo si me siento en algún momento como una hormiguita y entonces surge el miedo a la autoridad,
Vivir sin miedo es vivir con amor. En el momento en que tengo miedo me estoy faltando al respeto, no me estoy amando y tampoco estoy amando el entorno, a las personas. Puede ser difícil amar al objeto de tu miedo. Si tienes miedo no puedes amar. Pero si vivo dentro del amor, ese amor lo siento por los demás. ¿Puede el sol iluminar a unos si y a otros no? Quien soy yo para decir: respeto y dignidad para estos, y a aquellos, no. Verifica por ti mismo con que energía te sientes mejor, la del miedo o la del amor. Para reconocer esto, para soltarnos y decir quiero cambiar el chip, se requiere de una gran humildad, sin juzgar al otro. Cada uno sabe el trabajo que debe hacer, incluyéndome yo mismo, pero ser capaz de seguir emanando esa energía de amor a pesar del miedo que haya podio tener en el pasado, por personas o situaciones es un gran adelanto.
Pregúntate desde donde quieres seguir viviendo, desde el miedo o desde el amor, a partir de esa fortaleza interna puedes estar bien con los demás.
Eso no quiere decir que debes aceptar todo lo que te venga, puedes expresarte, pero no desde esa barrera. Cada persona decide cómo quiere sentirse. Sí que hay momentos donde yo puedo poner en las manos de otros como quiero sentirme. En el momento en que estoy bajo la influencia de los demás, caigo en una dependencia emocional, pero eso es porque yo les doy ese poder, y permito que los demás gobiernen mi vida.
¿Tú, en qué miedo descubriste que eras valiente? Porque, a no ser que primero identifiques algo que posiblemente conectaba con la debilidad, con la fragilidad, no vas a poder reconocer todo aquello que has superado a lo largo de tu vida. Todas aquellas cosas que posiblemente no reconocías como una valentía. Cuántas cosas a lo largo de nuestra vida hemos ido superando porque hay una fortaleza aumentada mucho más, porque según vamos sintiendo esa valentía que hay en lo más profundo, porque cuando ya dominas una cualidad ya no sientes que la tienes, por ejemplo, alguien puede considerar que eres muy generoso, como muy valiente, pero tú ni te das cuenta de eso, simplemente esto forma parte de ti.
Lo consideras como un acto de valentía cuando tienes el contraste más cerca. Cada uno puede decidir en qué realidad quiere conectar, quiero seguir viviendo bajo el miedo, o quiero invocar la positividad y el vivir con plenitud, porque el miedo y la negatividad van de la mano, eso no quiere decir dejar de ser previsivo, pero no hay que fomentar la negatividad, porque si no me doy cuenta, caeré en ella.
Tenemos que poner un cierto tipo de alarma para detectar esos pensamientos negativos que con cierta frecuencia pueden salir a flote, porque puedo estar en la vibración de negatividad sin darme cuenta. Si lo identifico, lo puedo cambiar.
No permito que la negatividad tome el poder, ver siempre el vaso medio lleno y no medio vacío, en el vaso medio vacío, veo frustración, negatividad, falta de oportunidad; en el vaso medio lleno hay positivismo, posibilidad, oportunidad, esperanza. Yo decido como quiero ver ese vaso. Permitir que la felicidad que hay dentro de mí aflore y en ese momento de felicidad, seguiremos viendo situaciones injustas, pobreza, enfermedad. Pero, por qué voy a dejar de sentirme bien, solo porque culturalmente se me ha inculcado ese miedo, esa culpa, al sostener que no es correcto sentirse bien cuando otros están sufriendo. Si estoy bien, en felicidad, mi energía y los pensamientos que irradio serán siempre de amor, bienestar y prosperidad.
El miedo te hace sentir inseguro, miserable, vives desde esa visión de no tener. O bien, puedes trabajar en ti mismo desde la visión de la prosperidad: ahora no tengo, pero ya tendré. La prosperidad es tener una visión ilimitada de tener, de auto respeto y las cosas te llegan. La prosperidad es tener una perspectiva completamente diferente, es una cuestión de actitud interna.
En esos momentos de más fragilidad que quizá puedas llegar a sentir en algún momento, ayuda mucho el pensar que hay una energía llena de positividad, de sabiduría, bondad y prosperidad que está ahí, llámese Dios, energía suprema o fuente de sabiduría, el nombre no importa.
Es importante tener momentos de silencio, de soledad, de reflexión.
Sirve mucho valerse de la escritura, así no sepamos qué escribir. Tener un cuaderno especial y permitir que se vaya dando esa conexión con nosotros mismos, con tu ser interno y así te darás cuenta de que poco a poco irás avanzando en derrotar tus miedos.
Por Marta Matarín. Coordina la sede de Barcelona y forma parte del equipo coordinador de las actividades de Brahma Kumaris en España.