Cómo evitar pensar en exceso

Nuestro trabajo ya no es lo mismo que era antes. Se ha puesto al revés. Los eventos se tomaron a casi todo el mundo por sorpresa sus pensamientos se aceleraron. Los medios de comunicación nos bombardeaban todos los días con información y una variedad de expertos dieron sus opiniones sobre lo que podría suceder, en todas partes ha habido incertidumbre y ansiedad.

¿En dónde aterriza toda esa información en última instancia? – en la mente!

Pensar demasiado es uno de los más dañinos patrones de pensamiento entre todos.

Una mente hiperactiva instiga acciones apresuradas y reactivas, gastamos tiempo con tecnología que se mueve rápidamente, fragmentos de sonido, bits de video, y parece que se mueve de los teléfonos a computadoras y a televisores. La razón por la que muchos gastan tanto tiempo en esto es que en cierto modo sirve a un objetivo. Nos detiene de mirar en nuestro interior para contemplar cuál podría ser realmente el propósito de la vida.

De vez en cuando, somos conscientes de lo que estamos haciendo, y tratamos de relajarnos tomarnos un tiempo y si logramos algunos momentos de paz, el sentimiento es tan dulce. Pero a veces encontramos un vacío interno, como una profunda tristeza, una sensación de sin sentido y esa es muy sensación incómoda, así que cambiamos de marcha y de nuevo nos ocupamos más y más para no tener que pensar muy profundamente.

Aproximadamente generamos alrededor de 70.000 pensamientos en un día de 16 horas. Podemos pensar unas 500 palabras por minuto, pero solo hablamos en unas 125 palabras por minuto. Nuestra mente puede ser consciente en siete diferentes niveles en cualquier momento.

¡Eso es mucha actividad! Nuestras vidas se desempeñan en nuestra mente. Pensamientos, reacciones, sentimientos, recuerdos, todo tiene lugar en nuestra mente. La forma en que interpretamos todo depende de la calidad del pensamiento que hayamos podido lograr y la sabiduría que hayamos podido acumular.

La cosa más importante que puedo hacer en la actualidad es aprender más sobre quién soy yo y cuál es la mayor influencia sobre mi pensamiento y con amor y sabiduría recuperar la autoridad interna que he perdido.

Tengo que asumir la responsabilidad por mis pensamientos. Cada pensamiento es mi creación.

La gente puede ser difícil y las situaciones vendrán y al final, yo tengo la opción, puedo pensar demasiado o no. Si solamente hago esto, tomar la responsabilidad por cada pensamiento en mi mente, esto cambiará mi vida. Pero si me quejo, critico, culpo a todos a mi alrededor por mis sentimientos, entonces esto desempodera completamente mi ser.

La espiritualidad me empodera para elegir la calidad de pensamientos que me ayuden a permanecer en paz y mantenerme feliz.

Puedo empezar reprogramando mi entendimiento de quien realmente soy. Si soy un cuerpo, entonces ya sea el ego o un sentido de superioridad o una falta de respeto por uno mismo y el sentimiento de indignidad o inferioridad emergen. Todas las acciones se basan entonces en esa conciencia.

Los 7,9 mil millones de seres humanos están trabajando en esa premisa con el subsecuente ego o falta de respeto por sí mismos.

Es hora de mirar dentro del yo real, el alma. Entonces, con la conciencia de las eternas cualidades del alma, de paz, amor y alegría, dejamos que esos sentimientos se calmen y nutrimos la mente, haciendo más lentos los patrones de pensamiento que son la base de mis palabras y comportamiento.

Toma tiempo cada día para reponer esta conciencia a través de la meditación y la conexión con el Alma Suprema que empodera el alma para recuperar autoridad interna y reclamar el dominio sobre mente.

Por: Charlie Hogg, con sede en Sydney, es el Coordinador Nacional de Brahma Kumaris Australia.

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