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Es mediante el amor que yo, como alma, me despierto y reconozco mi eternidad. Mi realidad va mucho más allá de mi apariencia física. Mi eternidad es mi realidad. Esta es la verdad de mi existencia. En griego la palabra para verdad es alithea, que significa ‘no olvidar’. El ser humano está bajo un profundo olvido; una amnesia de espíritu. No puedo alcanzar el estado despierto, el verdadero estado de mi ser con mis propias habilidades intelectuales. Alcanzar la verdad no es cuestión de ser listo. Sólo puedo despertar cuando Dios me ayuda a recordar. Recordar es verdadero conocimiento, es la Verdad.
CURSOS DE MEDITACIÓN:
Sábado 10 y domingo 11 de 2:00 a 5:00 pm.
Lunes 12 a miércoles 14 de 7:30 am a 9:30 am Y de 7:00 pm a 8:00 pm.
ESPECIAL DE NAVIDAD Jueves 23 de 3:00 a 7:00 pm. Conoce tus virtudes y proyéctate para el año (Virtuscopio) Meditación y panel de Astrología desde la espiritualidad entre las 5:30 y 7:00 pm. Te esperamos. Abierto al publico en general.
MEDITACIÓN DIRIGIDA Jueves 15. de 6:00 a 7:00 pm. Sobre la navidad.
CONFERENCIA SALUD: Mièrcoles 14 de 11:30 am a 1:00 pm Cuida de ti mismo
CONFERENCIA: Sábado 17 de 2:30 a 4;30 Mente serena: Paz y prosperidad
El silencio es el puente de comunicación entre El Divino y lo divino del ser humano; en el silencio encontramos lo que es más preciado.
El silencio espiritual es el estado que prepara el corazón y la mente para comunicarnos con El Uno. No se trata de una comunicación basada en palabras repetitivas ni en teorías intelectuales, como así tampoco pedir la satisfacción de deseos limitados. La comunicación Sagrada es la armonía del ser original con El Uno Eterno.
El silencio espiritual me da energía pura y altruista de la Fuente Creativa para abrir el capullo de la flor cubierto de polvo y salir de la rutina, abriendo horizontes ilimitados de una nueva visión. Para liberar al ser de la negatividad, requiero silencio. Absorto en su profundidad me renuevo. En esta renovación, la mente se limpia a sí misma facilitando una percepción diferente de la realidad. La percepción más profunda de todas es mi propia eternidad.
El acto de silencio es tan necesario para la vida como el respirar lo es para la vida física. La fortaleza para vivir necesita encontrar un punto de quietud desde donde comienzo y a donde regreso cada día: un oasis de paz interior. El silencio trae mi energía mental y emocional a un punto de concentración donde encuentro la quietud. Sin esta quietud interna me convierto en un títere arrastrado aquí y allá por las muchas cuerdas de las influencias externas. Este punto de quietud interior es la semilla de la autonomía que corta las cuerdas y cesa la pérdida de energía.