Seminario en la sede Cali. Entrada libre, aporte voluntario. CUPOS AGOTADOS
CUPOS AGOTADOS
Una crisis pide con urgencia que las personas involucradas sepan gestionar el conflicto, el miedo, la ansiedad, el estrés, la ética, la presión, la desesperanza, el pesimismo. Esta gestión viene marcada mayormente por una sincera y puntual petición de disculpas. El perdón provee atención, reconocimiento, restaura la confianza, facilita los acuerdos y muestra una sana humildad.
Conferencia en el Club de Ejecutivos. Entrada libre. Inscripción previa.
Las emociones son respuestas que generamos frente a estímulos externos. Algunos de esos estímulos generalmente son llamados negativos y otros positivos; por ejemplo si alguien sonríe, brinda un abrazo o dice algo que halaga son llamados estímulos positivos y generalmente son respondidos con euforia «felicidad» etc. Si en cambio lo que alguien dice es algo desagradable o incómodo, hay malestar en el ambiente, las personas cercanas se encuentran enojadas o tristes, la respuesta es muy similar al estímulo.
Sin embargo, esta forma de respuestas ante los estímulos externos va debilitando la conciencia pues lo que ocurre es que los estímulos llamados «positivos» van alimentando el ego y terminan generando adicción, mientras los estímulos llamados «negativos» van generando resentimientos, ira, dolor, estrés etc, a la vez que permiten la descarga de hormonas como la adrenalina, corticoides y otras, cuya frecuencia en el organismo sin que se utilicen, intoxican el cuerpo y terminan somatizando en forma de múltiples enfermedades. Terminamos muy débiles a la hora de afrontar alguna dificultad o adversidad porque dependemos por completo de los estímulos y llenando cada vez más nuestra vida de más y más fluctuación. Un momento bien y en el momento siguiente muy mal.
Pero existen alternativas, una de ellas es la meditación la cual nos permite experimentar paz, felicidad, amor, dicha y plenitud, pero usando como estímulo nuestros propios recursos internos de paz, amor, felicidad, etc. Estos recursos siempre han estado allí, pero al mantener la atención tanto en lo externo, se nos olvidó que existían y nos volvimos adictos de los estímulos que vienen de afuera.
Podemos volver a vivir la hermosa experiencia de mi propio ser que me ofrece ilimitadas posibilidades sin tener que buscar o desear algo que está fuera de mí y por lo tanto no se garantiza que permanezca ahí por siempre.