Seminario: Aprender a aprender y aprender a desaprender

Domingo 28, Inscríbete aquí: https://tinyurl.com/aprender-a

con Manuel Cerón

Acepta el reto de dejar de hacer lo mismo, siempre igual.

Descubre nuevas formas, otras vías que pueden  llevarte al mismo lugar o no, pero no te limites.

Experimentas nuevas cosas. Mira la vida desde una prespectiva diferente, no te cierres a nuevas posibilidades.

Aprende a enriquecer tu vida con una nueva mirada y proyéctate al futuro con esperanza y miles de posibilidades para avanzar.

Entiende que aquello que en su día se contempló como válido, hoy podría parecer contradictorio.


El Árbol en el tiempo

¿Quién no puede apreciar la belleza de un árbol? La fuerza del tronco, sus ramas extendidas, hogar para aves e insectos, florece en primavera, da frutos en verano y sombra fresca para resguardarse del sol abrasador. ¿Cómo sería el mundo sin árboles? Y el tesoro más grande de todos es el árbol del mundo humano, la familia de almas que vive en este planeta. Seres humanos. Almas en sus cuerpos de tan variados colores y formas, como desafiando cualquier clasificación. Aunque las personas traten de encajarnos de manera arbitraria, el árbol simboliza que todos estábamos destinados a estar aquí justo en la forma en que estamos: sin exclusiones, ni aberraciones, ni percances, ni cambio. Cada uno tiene un derecho divino a interpretar su papel en este gran teatro ilimitado llamado vida.

Brotes, hojas y ramas

Somos los brotes y las hojas que se extienden hacia el cielo. Esta analogía cobra vida cuando pensamos en la interminable variedad de personalidades y estados de ánimo con que nos topamos cada semana en el trabajo. Podemos agruparnos en ramas y gravitar hacia mentes similares, sin embargo permaneceremos distintos, perfectos en nuestra imperfección, con el permiso de ser lo que deseemos. Nuestras inclinaciones religiosas o preferencias políticas pueden agruparnos, pero persistimos en nuestra singularidad.

No hay una persona que sea réplica de otra. Incluso los gemelos idénticos tienen algunas diferencias. Esta danza de raza, religión, género y credo es realmente bastante asombrosa. Podemos tratar de encontrar a un alma gemela o espíritu afín, sin embargo la verdad eterna prevalece: cada uno de nosotros es único y está solo. No en soledad, sino en singularidad.

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