Junio 28, 10 a 10.30 am
Conocer a Dios con: Carola Eslava
Inscripción: https://tinyurl.com/conocer-Dios
Junio 14
La Magia transformadora del silencio
7.30 a 8.30 pm
con: Marcelo Bulk
Silencio
Anthony Strano fue el Director de los Centros de Brahma Kumaris en Grecia, Hungría y Turquía. Este artículo está extraído de su libro El Punto Alfa, publicado por Brahma Kumaris Information Services Ltd, Londres 1998.
Anthony Strano señala el camino a una conversación con Dios.
Cuando el silencio es profundo y rebosante de plenitud, cuando no anhelamos ya el sonido, cuando la concentración en el Uno es completa, entonces como una flecha el pensamiento encuentra su blanco y se derrite en él. Ahí el alma humana no sólo tiene un breve destello de Dios sino que la pureza de ese Ser la absorbe, de manera total, completa y absoluta. Una vez que el alma está repleta de la luz pura que se ha convertido ahora en su ser, irradia hacia otros dicha energía en la forma de paz y amor, como un faro viviente.
El silencio es el puente de comunicación entre el Divino y lo divino del ser humano; en el silencio encontramos lo que es más preciado.
El silencio espiritual es el estado que prepara el corazón y la mente para comunicarnos con el Uno. No se trata de una comunicación basada en palabras repetitivas ni en teorías intelectuales, como así tampoco pedir la satisfacción de deseos limitados. La comunicación Sagrada es la armonía del ser original con el Uno Eterno.
El silencio espiritual me da energía pura y altruista de la Fuente Creativa para abrir el capullo de la flor cubierto de polvo y salir de la rutina, abriendo horizontes ilimitados de una nueva visión. Para liberar al ser de la negatividad, requiero silencio. Absorto en su profundidad me renuevo. En esta renovación, la mente se limpia a sí misma facilitando una percepción diferente de la realidad. La percepción más profunda de todas es mi propia eternidad.
El acto de silencio es tan necesario para la vida como el respirar lo es para la vida física. La fortaleza para vivir necesita encontrar un punto de quietud desde donde comienzo y a donde regreso cada día: un oasis de paz interior. El silencio trae mi energía mental y emocional a un punto de concentración donde encuentro la quietud. Sin esta quietud interna me convierto en un títere arrastrado aquí y allá por las muchas cuerdas de las influencias externas. Este punto de quietud interior es la semilla de la autonomía que corta las cuerdas y cesa la pérdida de energía.