La Navidad es una oportunidad para inspirarnos a valorar las grandes cosas que tenemos, la importancia del amor en nuestras vidas y recordar que pertenecemos a Dios.
Es un momento en el que la espiritualidad nos inspira a hacer cosas con significado. En sí, la espiritualidad está en las cosas sencillas. Pero si uno se distrae y se deja llevar por las cosas que alejan de este espíritu, cae en una horda de celebraciones sin significado real… Y se pierde la oportunidad de sentir el placer que va más allá del placer de los sentidos en el que el amor y la gracia de Dios son protagonistas.
Hoy el obstáculo más grande para vivir el espíritu de la Navidad es la desenfrenada necesidad de buscar ese estado de gracia y amor espiritual en el lugar y en la actitud equivocadas. Este es un momento en el que nuestro empeño por ser mejores debe reforzarse; es el momento en el que nos debemos comprometer a hacer algún cambio en nuestra vida que haga una diferencia importante en nuestra actitud, en nuestra forma de relacionarnos con los demás o en lo que cada uno internamente sepa que tiene que cambiar.
La Navidad siempre es recordada como un periodo de paz y armonía… Pensemos en las cosas que tenemos que mejorar en nosotros para que nuestro mundo alrededor sea realmente así.
Un primer ministro en Israel, que era muy criticado, dijo una vez que le preguntaron por qué había hecho el tratado de paz con Arafat, el respondió: porque la paz es algo que se practica con los enemigos y no con los amigos.
Esta es la actitud del espíritu de la Navidad que necesitamos volver a tener y no se necesita ser católico o cristiano para entender que esto es lo que necesitamos hacer en el mundo de hoy.
Estamos al final de un año y a punto de iniciar el próximo, por lo mismo, tenemos que reflexionar en estos términos.
NAVIDAD es una palabra que nos debe recordar que debe haber NOVEDAD en nuestra vida… Debe haber grandes novedades, cambios y logros en nuestra comunidad, nuestra sociedad y nuestro Estado. Démosle este sentido a estas fiestas, a este nuevo año y entonces el decir Feliz Navidad o Feliz Año Nuevo tendrá un significado diferente y mucho más auténtico, se nos llenará la boca al dar estas felicitaciones y nos sentiremos realmente felices
Les deseamos felicidad y mucho amor en este periodo de reflexión y de cambio. Recordemos que cada uno de nosotros somos almas hijos de Dios.
Que maravilloso escrito,
Gracias por recordarnos que cada día debemos ser más espirituales y especialmente en estas festividades de mayor reflexión donde debemos despertar conciencia al cambio espiritual.
Feliz Navidad y Venturoso Año 2019.
Gracias por esta reflexión sobre la Navidad, muy apropiada para despertar ese cambio que inicia por cada uno de nosotros.